viernes, 15 de enero de 2010

La lucha del arte



Autor: Abraham Soriano
Año: Enero, 2010.

jueves, 14 de enero de 2010

miércoles, 13 de enero de 2010



Autor: Pablo J. Hernández
Técnica: Fotografía Digital
Año: Enero, 2010

domingo, 10 de enero de 2010

Un arte medio (fragmento) Ensayo sobre los usos sociales de la fotografía

Nada se opone más directamente a la imagen corriente de la creación artística que la actividad del fotógrafo aficionado, quien a menudo exige a la cámara fotográfica hacer en su lugar el mayor número posible de operaciones, identificando el grado de perfección del aparato que utiliza con si grado de automatismo.[6] Sin embargo, aún cuando la producción de la imagen sea enteramente adjudicada al automatismo de la maquina, su toma sigue dependiendo de una elección que involucra valores estéticos y éticos: si, de manera abstracta, la naturaleza y los progresos de la técnica fotográfica hacen que todas las cosas sean objetivamente “Fotografiables”, de hecho, de la infinidad teórica de las fotografías, técnicamente posibles, cada grupo selecciona una gama finita y definida de sujetos, géneros y composiciones. “El artista –dice Nietzsche- elige sus sujetos: esa es su manera de alabar”.[7] Puesto que es una “Elección que alaba” y cuya intención es fijar, es decir, solemnizar y eternizar, la fotografía no puede quedar entregada a los azares de la fantasía individual y, por la mediación del Ethos –interiorización de regularidades objetivas y comunes-, el grupo subordina esta práctica a la regla colectiva, de modo que la fotografía más insignificante expresa, además de las intenciones explícitas de quien la ha hecho, el sistema de los esquemas de percepción, de pensamiento y de apreciación común a todo un grupo.

Para decirlo de otro modo, el área de lo que para una clase social dada se proponer como realmente fotografiable (es decir, el contingente de fotografías “factibles” o “que pueden ser hechas” por oposición al universo de realidades que son objetivamente fotografiables teniendo en cuenta las posibilidades técnicas de la cámara) se define por los modelos implícitos que se dejan captar a través de la práctica fotográfica y su producto, puesto que estos determinan objetivamente el sentido que confiere un grupo al acto fotográfico como promoción ontológica de un objeto considerado digno de ser fotografiado, es decir, fijado, conservado, mostrado y admirado. Las normas que organizan la captación fotográfica del mundo según la oposición entre lo fotografiable y lo no fotografiable, son indisociables del sistema de valores implícitos propios de una clase, de una profesión o de un circulo artístico, respecto del cual la estética fotográfica no es más que un aspecto aún cuando pretenda desesperadamente la autonomía. Comprender adecuadamente una fotografía ya sea su autor un campesino corso, un pequeñoburgués de Boloña o un profesional parisino, no es solamente recuperar las significaciones que proclama (es decir, en cierta medida, las intenciones explícitas de su autor), es también, descifrar el excedente de significación que revela, en la medida en que participa de la simbólica de una época, de una clase o de un grupo artístico.

Teniendo en cuenta que, a diferencia de las actividades artísticas plenamente consagradas, como la pintura o la música, la práctica fotográfica es considerada como accesible a todos – tanto desde el punto de vista técnico como económico- y que quienes se entregan a ella no se sienten condicionados por un sistema de normas explícitas y codificadas, y definiendo su práctica legítima por su objeto, sus ocasiones y su modalidad, el análisis de su significación subjetiva u objetiva que los sujetos confieren a la fotografía como práctica o como obra cultural, aparece como un medio privilegiado de captar en su expresión más auténtica las estéticas (y las éticas) propias de los diferentes grupos o clases y, particularmente, la “estética” popular que puede, excepcionalmente, ponerse de manifiesto en ella.

En efecto, cuando todo haría esperar que esta actividad sin tradiciones y sin exigencias pudiera abandonarse a la anarquía de la improvisación individual, resulta que nada tiene más reglas y convenciones que la práctica fotográfica y las fotografías de aficionados: las ocasiones de fotografiar así como los objetos, los lugares y los personajes fotografiados o la composición misma de las imágenes, todo parece obedecer a planes implícitos que se imponen de forma general y que los aficionados iniciados o los estetas perciben como tales, aunque sólo sea para denunciarlos, por su falta de gusto o torpeza técnica. Si en esas fotografías congeladas, “de pose”, engoladas, afectadas, tomadas según las reglas de la etiqueta social que hacen los fotógrafos de fiestas de familia y de “recuerdos” de vacaciones, no ha sabido reconocerse ese cuerpo de reglas implícitas y explícitas que definen las estéticas, es sin duda por que se ha dejado en suspenso una definición demasiado restringida (y socialmente condicionada) de la legitimidad cultural. Las tareas mas triviales tienen siempre que ver con acciones que no se limitan a la búsqueda pura y simple de la eficacia, y las acciones más directamente orientadas hacia fines prácticos pueden dar lugar a juicios estéticos en la medida en que la forma de lograr los fines perseguidos, puede ser siempre juzgada desde ese punto de vista: hay formas hermosas de arar o de podar un cerco, así como hay bellas soluciones matemáticas o bellos ataques en el rugby. Así, la mayor parte de la sociedad podría ser desterrada del universo de la cultura legítima, sin que se la excluyera del universo de la estética.




Fragmento del Libro: Un arte medio. Ensayo sobre los usos sociales de la fotografía.
Autor: Pierre Bourdieu
Año: 1965 (original en francés)
Para la versión en castellano 2003, Editorial Gustavo Gili

[6] Los juicios sobre la fotografía encierran, por una parte, toda la filosofía popular sobre el objeto técnico y, más concretamente, el automático y, por otra parte, verdaderas “Teorías” estéticas espontáneas: por ejemplo la frecuente negativa a considerar la fotografía como un arte se inspira en una definición sumaria de la cámara fotográfica como autómata, al mismo tiempo que en una representación con un marcado componente ético de la actividad artística.
[7] F. Nietzsche, la gaya ciencia, Editorial Edaf, Madrid, 2002.

sábado, 9 de enero de 2010

Me chupo el dedo




Autor: Pablo J. Hernández
Técnica: Plata/Gelatina, Escaneado y Montado en Photoshop
Año: Enero, 2010


POP!
(momento de ocio)

Autor: Pablo J. Hernández
Técnica: Fotografía Digital
Año: Enero, 2010

viernes, 8 de enero de 2010

El Pibe



Autor: Pablo J. Hernández
Técnica: Fotografía Digital con edición en Photoshop
Año: Enero, 2010.


Esta es la primera de una serie de retratos, a partir de la posición que se debe de adoptar para una fotografía de identificación tamaño infantil.

Cohete MEXICANO AL CIELO!!!





















































































Autor: Pablo J. Hernández
Técnica: Fotografia digital y Montaje
Año: 2009